lunes, 8 de marzo de 2010

LA IMPORTANCIA DE LO INMATERIAL

Con toda esta reflexión acerca del vínculo entre el objeto y el usuario enfocado desde la exclusividad del toque artesanal sobre un producto seriado, se me plantea una cuestión. ¿Hasta que punto es importante lo material? Creo que lo material es un medio para expresar ciertos ideales y muchas veces para contenerlos. ¿Qué es lo realmente importante, el objeto, o el hecho de que cierta persona te lo haya regalado o cierta situación haya conseguido que llegue a tus manos? Lo que quiero decir es que muchas veces los objetos a los que les cogemos cariño o significan algo especial, son un mero intermediario entre la persona y lo que ello significa, un recordatorio. Es ahí donde pienso que, a no ser que la pieza sea muy valiosa por su valor económico, lo que nos da pena cuando perdemos este objeto, o se nos daña, lo que realmente nos duele es la pérdida de ese vínculo, de esa conexión. Es muchas veces gracias a esos objetos que recordamos ciertas acciones concretas, o momentos especiales. En el momento en que se pierde el intermediario, (el objeto en cuestión) tememos que aquel recuerdo caiga en el olvido, y pienso que es lo que realmente nos hace pasar un mal momento. No se pierde algo material, algo que puedas suplantar fácilmente por otro nuevo, se pierde algo sentimental, inmaterial, y más complicado de recuperar.

Si planteamos un escenario en el que lo material deja de ser importante, una sociedad posnuclear o abatida por desastres meteorológicos como puede ser el ejemplo de la película “The Road” (John Hillcoat, 2009), podríamos pensar que lo más valioso que tenemos y lo único que nos da fuerza es el recuerdo, el recuerdo de un pasado mejor en este caso, de una persona en concreto, su difunta mujer, a parte de las necesidades fisiológicas básicas, claro está. Pero no nos lo da un ordenador, no nos lo da un coche, no nos lo da un fajo de billetes, a no ser que exista cierto vínculo entre ese objeto y algún recuerdo.
Soy partidario de que es necesario rodearse de objetos que tengan este valor sentimental, aunque el resto, la mayoría, no lo tengan, porque son objetos que te recuerdan quien eres, quien has sido, y te hacen sentir vivo sabiendo que has dejado marca en alguien, que has conseguido un afecto particular por algo o por alguien en concreto.
Un amigo me dijo una vez, “vivimos del recuerdo”, y a pesar de que matizaría un poco la frase, en cierto modo es no está demasiado equivocado. Si no recordamos, es como si no hubiéramos vivido, la vida no se resume en algo material, jamás. El caso de una persona con Alzheimer por ejemplo es, para mí, lo más frustrante que puedas imaginar. Puedes estar forrado y tener cuatro Ferraris en el garaje, o cinco maravillosos hijos que alguna vez quisiste, que si tienes esta enfermedad, ni siquiera recordaras que alguna vez los tuviste. La vida, a pesar de pasarla rodeado de objetos materiales porque es absolutamente necesario, es algo inmaterial y como todo, excepto los recuerdos, perecedero.

Soy consciente de que todo lo que digo puede jugar en mi contra ya que pienso que el diseño quizás poco puede hacer por fomentar este recuerdo más personal hacia lo material. Lo que pretendo es entender el funcionamiento para poder plasmar todo esto en algo, o facilitarlo de alguna manera.

3 comments:

yonosoyhabermas dijo...

pues estás jodido! Incluso en la era de los objetos perecederos (es lo que intenté decirte, con más o menos acierto, ayer) seguirá habiendo esa parte tan humana que recurra al objeto como medio para conectar con algun recuerdo, ideal, etc. Ya sea una bandera, un anillo o un botón. Y ya sean estos del material o calidad que sean. Personalizamos los objetos sin querer. Y no dejaremos de hacerlo, sea la que sea la dinámica del mercado. Porque nunca nos deshumanizará. Porque entonces no habría mercado.

Otra cosa es la necesariedad de ese objeto para mediar con eso que nos hace humanos (ya sea la memoria o la actividad intelectual de cualquier tipo)... Pienso que sólo la escritura posee en exclusividad ese componente de necesariedad como medio. Todo lo demás: variable (que no prescindible).

En cualquier caso, tu esfuerzo teórico me parece encomiable! (aunque ponerlo en la práctica pueda resultar, a la larga, un intento que se auto-abastezca y auto-sustente, pero bueno)

Muxu anitz

Gran Auntza Sentado dijo...

No entiendo Erras ese valor tan enorme que le das a la escritura..- supongo que te refieres a la Literatura, pero ya me explicaras en vivo y en directo.

La pregunta que seguramente hay detras de todo esto es: ¿Tiene que tomar el diseñador en cuenta estas cosas?¿Le ayudan a diseñar?

En mi caso al menos estos vinculos sentimentales o llamemoslos inmateriales, me sirven como motivación, pero no como linea de proyecto. Son cosas impredecibles, que nada tienen que ver con palabras como funcionalidad, belleza, economia, facilidad, etc... o al menos no podemos prever!

Antes me he puesto a pensar si habia algun tipo de relacion material entre los objetos que para mi son importantes, y lo hay, pero miro los de Xabi y me doy cuenta de que ya son diferentes, no creo que haya una logica general, no tienen ni que ser caros, ni pesados, ni duraderos, ni de tela o corcho o polietileno expandido con tintado en masa, nose, pero me jode que sea tan trivial.

Tambien es verdad que si pudieramos controlar eso seriamos un poco Dioses.

Pero igual es lo que queremos ser...

Subi dijo...

sabes el orgullo y satisfaccion (como el rey) que sientes cuando has creado algo? eso que dices, mira! lo he hecho yo! yo solo! y es mio! y es precioso, una maravilla, como tu propio hijo. y que nadie te lo toque! jejejeje
bueno los tiros van por ahi mes o menys... llamalo vinculo, llamalo x. eso si, va mas alla de montar muebles de ikea, no nos confundamos...